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19.6.05

Es la hora

Atrás quedan los sesudos análisis, las reuniones de estrategia, las dudas, las convicciones, los argumentarios y un sinfín de proyecciones a cargo de expertos en opinión pública. Todo eso ya da igual, porque ha llegado la hora de que los electores decidan, sancionen, premien y castiguen. Los ciudadanos, que en estos casos suelen mirar por sus intereses, saben que en la votación de hoy no se está jugando el futuro de ningún político sino el suyo propio como comunidad social en una época de transformación preñada de retos pero también de riesgos. La mayoría política que salga hoy de las urnas, sea de un color u otro, tendrá que afrontar el hecho de que Galicia tiene asignaturas pendientes, deberes sin hacer y muy poco tiempo para sacar un curso al que en los últimos años se han incorporado alumnos muy aventajados. Para llevar a cabo esa tarea es imprescindible que el nuevo Gobierno sea consciente de la necesidad de llevar a cabo determinadas transformaciones, poner fin a ciertas derivas y apostar por compromisos de colaboración con la sociedad que no es seguro que estén en la mente de todos los candidatos.

A participar. Por eso es tan importante que todo el mundo acuda a votar hoy. El récord de participación en unas elecciones en Galicia se registró hace bien poco, en las generales de 2004, apenas unos días después de la masacre islamista de Madrid y con una población convencida de que el Gobierno estaba mintiendo sobre la autoría de los atentados. Entonces votaron 76 de cada 100 gallegos con derecho a hacerlo. Hoy ni el más optimista espera una cifra semejante pero sí está en el ambiente que la participación va a superar la registrada en 2001. Puede incluso que alcance el 70% y convierta estos comicios en los más participativos de la historia de la autonomía gallega.