.comment-link {margin-left:.6em;}



alternatetext

16.6.05

Frutería electoral


A dos días del final de la campaña, Fraga actúa como si las elecciones no fueran con él. Su jornada de ayer apenas incluyó una rueda de prensa y un mitin de trámite. Ahora es Mariano Rajoy quien soporta todo el peso mientras el ambiente se caldea: se acerca la controvertida manifestación contra los matrimonios homosexuales


A medida que se acerca la jornada de la votación aumentan los nervios. En primer lugar, por parte de quienes sienten amenazada su permanencia en el poder, que daban por sentada desde que se acostumbraron a que la renovación de la confianza de los electores fuera sólo un trámite. En segundo lugar, por parte de quienes perciben más que nunca la posibilidad de acceder al Gobierno por primera vez en la historia —el bienio tripartito de Fernando González Laxe no cuenta a estos efectos, ni por duración ni por la forma en que se gestó—. La crispación social y la cada vez más evidente movilización ciudadana anticipan por sí solas una altísima afluencia a las urnas, a lo que contribuirá aún más la controversia en torno al derecho de las parejas homosexuales a casarse y a adoptar niños, que está acentuando la deriva del Partido Popular hacia posiciones próximas a la extrema derecha. Lo que empezó como una teoría sobre las peras y las manzanas formulada por Ana Botella, concejala de Asuntos Sociales de Madrid y esposa de José María Aznar, va a culminar el sábado con una manifestación —la tercera instigada por el PP contra el Gobierno socialista en apenas un mes— en la que los seguidores de Mariano Rajoy se sumarán a obispos, miembros del Opus Dei y representantes de organizaciones ultraconservadoras en una protesta cargada de homofobia en plena jornada de reflexión. Con todo, la manifestación no parece preocupar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ayer hizo su última aparición en campaña acompañando al candidato Emilio Pérez Touriño en el mitin de A Coruña. El anfitrión, el alcalde Francisco Vázquez, quiso despejar cualquier duda y, sin mencionar al BNG, dio por buena cualquier decisión que el candidato tome para formar Gobierno. Delante del presidente el regidor coruñés se pone firme; habrá que ver cómo reacciona cuando la colaboración con los nacionalistas ponga en evidencia su incumplimiento de la ley de normalización lingüística. Mariano Rajoy, mientras decide si acude a la manifestación contra el matrimonio entre peras y manzanas, sigue en Galicia arropando la campaña de Manuel Fraga, que estos últimos días ha entrado en la fase de promesas, desde el empleo a Internet, desde torres judiciales a superpuertos internacionales. Anxo Quintana, el candidato del BNG, dirigió ayer sus dardos contra el presidente del PP. Cuando “insultan” a las mujeres y “criminalizan” a los homosexuales “les sale de dentro”, señaló. Mariano Rajoy, cada vez más, parece atrapado en el frutero electoral. ¿Logrará salir?